GEOMORFOLOGÍA POST HOLOCÉNICA Y RIESGO AMBIENTAL: EL VERTEDERO DE RESÍDUOS SÓLIDOS URBANOS DE JANGURUSSU, FORTALEZA – CEARÁ – BRASIL.

Resumo

En países como Brasil la desigualdad social y económica induce a que la mayor parte de la población sea más tolerante delante de los graves problemas ambientales existentes, y hace con que gran parte de los ciudadanos esté sometida a convivir en las cercanías de los vertederos de residuos sólidos urbanos. Abultan vertiginosamente en el modelado urbano, creando una morfología nueva, un paisaje agresivo y enredado de una serie de otros muchos problemas de muy difícil solución. Los planes de clausura del vertedero de Jangurussu (Fortaleza/Ceará/Brasil), representan un torpe maquillaje sin ninguna funcionalidad y seguridad medio ambiental, constituyéndose en peligro potencial eminente para más de 4.800 personas, considerándose solamente su entorno inmediato. No hay sistemas de supervisión ambiental para el aire, aguas subterráneas y superficiales, ni para la cobertura, ni para su necesaria estabilidad geotécnica. Las pendientes han disminuido a lo pasar del tiempo en función de la transformación en gas de la masa orgánica de residuos, pero hoy suelen alcanzar los 38^o. En 1998/99 llegaban a los 45^o, en ambos los casos en la parte norte del vertedero. El programa de seguimiento de la calidad y el mantenimiento post-clausura, necesarios para garantizar la integridad ambiental del vertedero, de forma a asegurar la salud pública, el control y el funcionamiento eficaz de esta presuntuosa “unidad de gestión de residuos” durante el largo período de tiempo requerido, simplemente no existen. Hoy, 2015, se estima en 16.608 personas/4.152 habitaciones (quizás más!), viviendo desde las escarpas del vertedero (sus quintales), considerándose la distancia de solo 50  metros (o menos) en el entorno inmediato, considerándose solamente en el norte del vertedero.